Peter se despertó en mitad de la noche, sudoroso y profundamente intranquilo, fue al cuarto de baño, encendió la luz y bebió un vaso de agua fría de un solo trago. Se lavó la cara y miró al espejo que tenía justo en frente. Ahí estaba su rostro reflejado, con la mirada apagada, las líneas de su cara mucho más marcadas y el cabello inundado de brillos plateados…
En ese instante se dio cuenta de que las cosas habían cambiado. Ya nunca volvería a ser como antes. Las personas que se habían cruzado en su camino acabarían por desaparecer. Viviría de sus recuerdos aún sabiendo que el tiempo no espera. Suspiró.
Pasados unos minutos apagó la luz, volvió con paso vacilante a su cama e intentó conciliar el sueño. Esa noche cumplía 26.
Cambiaste la foto, y se borró el comentario! me gustó el relato y la foto!! pero habrá que escribir un poco más, no?
ResponderEliminarbrazo!
Era este relato en el que explicabas que de repente te sentías mayor? Igual que en aquella noche fatídica, no?
ResponderEliminarPor fin he podido leer los relatos y me han sorprendio gratamente, seguiré visitándolo!!