miércoles, 28 de octubre de 2009

Overture


Los mosquitos bailaban al son de una melodía invisible mientras Alicia corría entre la frondosa maleza. Había perdido la noción del tiempo, recordaba que comenzó a huir el día que descubrió el principio del fin de su inocencia. Desde entonces las lágrimas habían sido sus fieles compañeras de viaje.
Cuando ya no quedaba más que una gota de aire en su pecho, se detuvo y miró al horizonte. Entre las ramas de los árboles enfermos se imponía una silueta gris de aspecto descuidado, la había encontrado.